Valentina De Volder y Miriam Aberle son dos amigas que cruzaron sus caminos en plena pandemia, cuando nadie podía salir a la calle. La relación comenzó vía Instagram y gracias al hermano de una de ellas, que pensó que tenían muchas cosas en común. Y no se equivocó. Así también nació un emprendimiento que fortaleció más que nunca la pasión que las une por la pasta de avellanas.
En diálogo con TN, las ahora empresarias reconocieron que durante un tiempo se la pasaron modificando este producto para lograr una versión saludable. “Queríamos algo sin químicos ni procesados. Nada de ingredientes que no nos gustan ni son buenos”, explicaron sobre el nacimiento de Ancestral.
Las chicas, que pudieron verse la cara tres meses después de comenzar a dialogar por las redes, indicaron que fue largo el camino hasta dar con la receta justa de la Noccella, su producto estrella: “No comíamos azúcar ni miel, hacíamos dieta keto y con otros endulzantes no quedaba rica. Hasta que un ingeniero en alimentos se ofreció a probarla y recién ahí pudimos avanzar”.
Bajo el lema de “adiós a la culpa, bienvenido al placer”, donde buscan demostrar que ser “dulcero” no es sinónimo de comer mal, crearon la pasta que tiene 70% de avellanas, mientras que su principal competencia apenas si llega al 13 % y otras marcas ni siquiera tienen en su composición la fruta seca, sino esencia de avellanas.
El detrás de la producción y el camino al éxito
Valentina y Miriam contaron que esta famosa crema se produce en una planta ubicada en Villa Maipú. Allí llevan las materias primas, entregan la fórmula y luego la buscan para trasladar al depósito. El secreto frente a la competencia no esconde grises: “La nuestra –además de un mínimo de azúcar, cacao y aceite de coco- tiene 70% de pasta de avellanas, mientras que la otra que es muy conocida apenas 11 o 13%. También les ponen aceite de palma, conservantes y saborizantes”.
Una vez que la Noccella está terminada todos pueden disfrutarla. “Tenemos diferentes presentaciones y además vendemos baldes a gastronómicos. Los clientes de la tienda online llegan por las redes o porque vienen de Google. Los de comercios o distribuidores siempre están actualizados y saben qué productos está pidiendo la gente, aunque también salimos a buscar clientes”, afirmaron ante TN.
Valentina y Miriam reconocieron que venden entre 1000 y 1500 kilos por mes de esta exquisita pasta. Los frascos de 200 gramos se pueden conseguir desde $20.419 en dietéticas, mercados o la página web. Si bien el éxito lo consiguieron con las avellanas, con el paso de los meses agrandaron su negocio y ahora también producen pasta de castañas de cajú, untable de maní, pistachos, nueces pecan y almendras que oscilan entre $4803 y $31.021.
Por último, se refirieron al enorme proyecto que las ilusiona para un futuro no muy lejano. “Queremos hacer golosinas saludables. A veces falta eso en el mercado. Vas por la calle, te da hambre y no hay opciones. Queremos que la gente pueda comprar para tener en la casa o para cuando le dé un antojo. La comida es disfrute y queremos que todos la pasen bien comiendo nuestros productos”, concluyeron ilusionadas.