La Armada de Chile anunció el inicio de una licitación para la construcción de un nuevo muelle en el lo que se conoce como Territorio Chileno Antártico. Fue, días después de que la ministra de Defensa de la gestión de Gabriel Boric, Maya Fernández, se involucró personalmente en la convocatoria a un grupo de diputados de su país para que sesionen en la base naval antártica chilena Eduardo Frei Montalba.
La reunión legislativa está convocada para el 21 de mayo y es una abierta respuesta a la presencia de Javier Milei en Tierra del Fuego, a principios de abril pasado. Estuvo con la generala del comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, y sobre ese acto, días después, el presidente argentino dijo que la base naval que la Marina argentina proyecta levantar en Ushuaia avala los reclamos nacionales en la Antártida.
Ello alteró por completo los ánimos chilenos y hubo reacciones desde todos los sectores. El gobierno de Boric, que venía protestando contra otros asuntos de Argentina –como las advertencias de la ministra Patricia Bullrich de que en territorio chileno operan grupos vinculados al terrorismo internacional- guardó silencio pero ahora pasó a los hechos.
El anuncio de la Armada chilena del viernes 10 de mayo sobre la licitación para un nuevo muelle de parte de Chile en la Bahía Fildes de la Antártida fue anunciado con carácter militar por el Comandante en Jefe de la Tercera Zona Naval, contralmirante Jorge Castillo Fuentes, junto a distintas autoridades civiles.
Coincide, por su parte, con los planes que tiene el ministro de Defensa, Luis Petri, y la cancillería de Diana Mondio, con su Area Malvinas e Islas del Atlántico Sur para dar continuidad a la modernización de la estratégica base argentina en Petrel, con la que Argentina pretende inaugurar una nueva «puerta de entrada» argentina a la Antártida y centro logístico.
Esta había sido activada por el gobierno anterior pero la falta de presupuesto detuvo las obras.
Enclavada al norte de la península antártica, se proyecta como una instalación científica estratégica con un muelle y dos pistas de aterrizaje que permitirán acceder por vía aérea y marítima al continente blanco. Estas instalaciones permitirán la llegada de buques polares, y hasta rompehielos. Le compite a la histórica argentina Marambio y también a las de otros países como Chile, donde hay reclamos territoriales superpuestos.
A esta altura de los hechos, cabe preguntarse si las controversias históricas que hay con Chile, se están exacerbando paso a paso con dos gobiernos de de grandes diferencias ideológicas como el de Javier Milei y Gabriel Boric, y en la zona más austral de ambos países, aceleran una incipiente carrera antártica.
El muelle chileno en la Antártida fue proyectado durante el gobierno de Piñera (2018-2021), y su reactivación coincide con las diferencias ideológicas que Boric quiere marcar con Milei. Su función es servir al empresariado del turismo antártico de Punta Arenas.
La visita de Alberto Fernández a la Antartida (23.2.2023) no causó en Chile el revuelo de la de Milei semanas atrás a Ushuaia, aún con la magnitud de los anuncios realizados por el primero.
En aquel viaje, Fernández anunció la instalación de nuevos Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios, la renovación de la Base Petrel, incendiada en 1979, una sede de la Biblioteca Nacional y una corresponsalía antártica itinerante de la Agencia Télam. También aseguró el mantenimiento de los laboratorios que existen y la creación de más laboratorios antárticos multidisciplinarios.
Por si ello fuera poco, la reinstalación de un cuartel del Ejército en Tolhuin, Tierra del Fuego, tampoco fue bien visto en Chile, pero nadie decidió levantar polvareda.
El 24 de abril tuvo lugar en Buenos Aires la XXXII Reunión del Comité Permanente de Seguridad (COMPERSEG) entre la Argentina y Chile, a nivel de viceministros de Defensa y Relaciones Exteriores.
Fue presidido por por el Secretario de Relaciones Exteriores de la Cancillería, Leopoldo Sahores, y el Secretario de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio referido, Claudio Pasqualini, por la parte argentina y estuvieron, entre otros, el secretario de Asuntos Internacionales, Juan Battaleme, la Subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, y el Subsecretario de Defensa, Ricardo Montero Allende, por la parte chilena.
En estas reuniones se tratan diversos temas y se reanundan las conversaciones sobre temas que irritan o son conflictivos. Todas las partes coincidieron en mantener los ejercicios conjuntos entre Argentina y Chile, y que hace falta profundizar la cooperación en lugar de exacerbar la rivalidad.