En esta línea, Saucedo contó que cuando le avisaron que el padre estaba en la provincia, “yo la estaba llevando a Maia a la escuela. Le conté y le agarró un ataque de nervios y llanto. Por eso íbamos a ir por la tarde a Ushuaia, para tener una audiencia con el juez Mellien, sabiendo que podía llegar el pedido de restitución y pedimos una cautelar, pero nunca salió”.
“Primero fui yo sola al juzgado y me encuentro al juez en un pasillo, pero me dijo que no podía hacer nada porque se declaraba incompetente. Me sentí abandonada por él. Porque me dijo que el acuerdo se podía revertir y después me soltó la mano”, lamentó.
Asimismo, la madre denunció que “la psicóloga y el juez Pellegrino nos fueron engañando de a poco para separarnos. Yo estaba con Maia, ella no quería separarse de mí; luego me dijeron que saliera de la habitación. Después el Juez me pidió que vaya a otra oficina, le dije ‘ya vuelvo, hija’. Me avisaron que el padre pasaría a verla y a la hora, cuando pregunté, me dijeron que ya la habían entregado”.
Saucedo narró que, luego de avisarle que se habían llevado a la niña, le “dijeron que si no quería firmar el acta que igual la iban a ejecutar y si no me calmaba no me iba a poder despedir de mi hija. Yo estaba llorando, estaba mal. Me calmé, quise verla y ahí me dijeron que ya se había ido. Se fue con lo puesto”.
“No pudo despedirse de sus hermanas de 15 y 5 años. No es que por capricho yo quise que se quede, ella lo manifestó y se hicieron entrevistas con trabajadoras sociales y psicólogas. Quería estar con sus hermanas, se sentía bien acá y quería ir a la escuela. Después me llamó la atención lo del padre, porque ella tenía mucho miedo. Yo iba a pedir intervención y apoyo terapéutico”, expresó
Por otro lado, mencionó que “alguien hizo una presentación pidiendo que se revoque el proceso de restitución con el incumplimiento de muchas cosas. Por ejemplo, también tenía que participar una asesora pupilar de Maia, pero no la llamaron. Él tiene el poder de traerla a Maia de vuelta”.
Por último, fue consultada por el paradero de la nena y dijo: “Creo que Maia está en Córdoba, pero no tengo manera de comunicarme. Sé, por mi abogada, que están gestionando un teléfono para que se pueda comunicar conmigo, aunque no tengo novedades”.