Bajo la premisa de consolidar el trabajo territorial y la articulación entre el Estado y las organizaciones, la actividad está dirigida a organizaciones de la sociedad civil, instituciones y a la comunidad en general.
La trata de personas implica el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción o acogida de personas (Mujeres, Infancias, varones y diversidades) con fines de explotación laboral, sexual, reducción a la servidumbre, extracción de órganos, entre otros, sea dentro del territorio nacional, como desde o hacia otros países, por lo que es necesario el abordaje a través de una perspectiva de género y diversidad, y con un enfoque interseccional.