“Mi querida niña”, un thriller diferente que habla sobre el miedo y la sumisión

Lena es una joven estudiante que una noche, a la salida de una fiesta, desaparece misteriosamente; no se supo más nada de ella para desesperación de sus padres y del policía que estuvo a cargo de la investigación sin éxito alguno.

Trece años más tarde se produce un accidente automovilístico: la mujer que conducía queda muy lastimada y la internan en un hospital. La niña que viajaba con ella resulta ilesa y pregunta por su madre, Lena. La inspectora de policía a cargo del caso repara en el hecho de que la mujer estaba en bata y la niña en camisón. Claramente estaban huyendo.

A medida que se desarrolla el relato van a surgir giros inesperados que cambian una y otra vez el enfoque de la investigación, y también las conjeturas del espectador. Cuando parecía que todo estaba resuelto, los padres de Lena van a buscarla al hospital y el padre afirma que la paciente no es su hija Lena. En cambio reconoce a la niña como su nieta, Hannah, y reorganiza su vida para recibirla en su familia.

Nadie presta atención al niño, Jonathan, el hermano menor de Hannah, que quedó en la casa siguiendo las órdenes de su hermana. La característica de los tres personajes, Lena, Hannah y Jonathan, es cumplir órdenes. Viven en un estado permanente de terror para no disgustar al “padre” que los tiene encarcelados; deben observar un sistema rígido de horarios y tolerar sin quejas los castigos.

Por qué ver “Mi querida niña”

Es una forma de terror peculiar, el aislamiento absoluto en principio, monstruos de aspecto normal y jóvenes víctimas que en algún caso ni siquiera saben que lo son, como la niña. La historia es una adaptación de la novela del mismo nombre de Romy Hausmann y el elenco está conformado por Kim Riedle, Naila Schuberth, Hans Löw, Haley Louise Jones y Justus von Dohnányiohn. Hacia el final de la serie se van revelando los secretos que, a la manera de un complicado rompecabezas, señalan al secuestrador, sus motivos y su propia historia siniestra.

Algunos de los personajes tienen una especial textura y profundidad, como la niña Hannah, que goza de una erudición llamativa en una criatura educada en el “hogar”. Avanzada la historia va a desafiar su propia memoria para recordar cualquier incidente que ayude a resolver el caso. Ella sí tiene éxito.

Mi querida niña consta de seis episodios de unos cincuenta minutos y es la favorita de Netflix.