En medio de negociaciones estratégicas con China para la construcción de una petroquímica y con la rusa Gazprom para reactivar yacimientos abandonados por YPF, el gobierno de Tierra del Fuego enfrenta un dilema político: la influencia de Gastón Roma, un ex diputado del PRO con un pasado plagado de controversias, ahora convertido en lobista de intereses extranjeros.
Roma, quien fuera presidente de la comisión de Defensa durante el hundimiento del ARA San Juan, hoy promueve proyectos de salmonicultura noruega y actúa como intermediario con la petrolera estatal rusa, generando interrogantes sobre la idoneidad y transparencia de estos acuerdos.

Gastón Roma, junto a uno de los mayores enemigos del Régimen Industrial de Tierra del Fuego; el Ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación Argentina, Federico Sturzenegger.
Su figura alcanzó mayor notoriedad cuando defendió ante el Concejo Deliberante de Río Grande un insólito proyecto de puente binacional en Chile financiado por Argentina, ilustrado con un dibujo infantil que ridiculizó su poca credibilidad.
Sin embargo, su rol actual es más preocupante: según fuentes cercanas al gobierno de Gustavo Melella, Roma es un operador escuchado en temas sensibles, específicamente en la explotación de recursos naturales. A esto se suma su vinculación con la empresa noruega que busca instalar criaderos de salmón en la provincia, pese a la resistencia ambientalista y una ley que prohíbe la actividad a gran escala.

El lobista del gobierno de Melella, con la Ministra de Seguridad del gobierno de Javier Milei, Patricia Bullrich.
Roma insiste en que su proyecto salmonero -basado en un sistema de recirculación de agua (RAS)- no contamina y generará empleo, aunque especialistas del CADIC y grupos ecologistas lo desmienten.
Paralelamente, su nombre aparece en las tratativas entre Terra Ignis (la petrolera fueguina) y Gazprom para explotar áreas petroleras en el centro norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego, y los yacimientos abandonados recientemente por YPF.

Gastón Roma, en 2018 en su rol de Diputado Nacional, reunido con funcionarios de la Federación Rusa.
El ex diputado no solo arrastra denuncias por falsificación de avales en el PRO y hasta conflictos familiares, sino que su cercanía con la embajada rusa durante su mandato lo pintan como un lobbista de dudosa neutralidad.
Además; que Melella lo consulte revela la falta de cuadros técnicos en su coalición, obligándolo a depender de un personaje cuya trayectoria oscila entre lo grotesco y lo oportunista.
Mientras Tierra del Fuego se juega su futuro energético en alianzas con potencias globales, la pregunta es por qué un gobierno que se autopercibe progresista, legitima a un operador ligado a los peores vicios de la derecha política de la Argentina que reinauguró en 2015 Mauricio Macri.