Muchas de las líneas fueron adquiridas mucho tiempo antes de que Milei se volcara a la política pero el dato llamativo es que estas seis líneas fueron dadas de baja todas el mismo día y se facturaban a una dirección a nombre de Karina Milei por lo que es difícil alegar que no le pertenecían.
Si bien tener líneas prepagas no constituye delito, lo cierto es que lo expertos señalan que este tipo de líneas en realidad no se usan para hablar sino para abrir perfiles falsos en redes, abrir cuentas y billeteras virtuales.
A medida que la investigación avanza en los Estados Unidos mientras acá está cajoneada, salen mas datos que podrían demostrar que el presidente Argentino fue parte interesada en la estafa y no una víctima de la misma.