El viceministro de Gabinete provincial, Jorge Canals, presentó la obra como un avance en materia de seguridad, pero el video promocional generó críticas por mostrar claramente el uso de estos materiales livianos. Esto alimentó las sospechas sobre la calidad real de la construcción y la transparencia en el manejo de los fondos públicos.
Además, expertos y voces críticas advierten que esta elección constructiva podría facilitar la fuga de presos, poniendo en riesgo la seguridad tanto dentro como fuera del penal. La fragilidad de los materiales utilizados no solo cuestiona la durabilidad del edificio, sino también su capacidad para contener a los internos.

A pesar de que se justificó la remodelación bajo una supuesta “emergencia en seguridad”, distintos sectores cuestionan que la obra responda más a intereses de contratistas que a resolver los problemas estructurales del sistema penitenciario fueguino. Además, se pone en duda la verdadera finalidad y destino de la millonaria inversión.

Lejos de representar un progreso institucional, esta obra parece repetir los habituales patrones en la obra pública argentina: presupuestos elevados, materiales poco aptos y falta de claridad sobre los beneficiarios, generando temores sobre posibles irregularidades y desvíos de recursos en la provincia.
Fuente Policias en acción TDF