«La justicia social es envidia con retórica», afirmó Milei ante un auditorio afín, y se preguntó: «¿Desde cuándo la envidia dejó de ser un pecado capital para convertirse en una virtud?». Con ese marco, reiteró su rechazo a cualquier forma de intervención estatal orientada a la redistribución de la riqueza.
El jefe de Estado, como es habitual en sus discursos, volvió a cargar contra el Estado al decir que «es el representante del maligno en la Tierra», utilizando exactamente la misma frase que había usado para calificar al fallecido Papa Francisco.
Asimismo, arremetió también contra la dirigencia política vinculada al peronismo, al afirmar que «el que reparte se queda con la mejor parte», en alusión al rol del Estado en la distribución de recursos. En una frase cargada de connotación judicial, lanzó: «Durante las últimas décadas, la izquierda impuso un discurso único acerca de la justicia, entendida únicamente en términos distributivos. Pero por suerte están empezando a caer presos«.
Sin nombrarla de forma directa, Milei volvió así a referirse a Cristina Kirchner, que se encuentra cumpliendo la prisión domiciliaria en su departamento de Constitución tras el fallo proscriptivo de la Corte Suprema de Justicia, que la condenó a seis años e inhabilitación para ejercer cargos públicos.