«Falucho» Laciar, Olimpia de Brillante: «Ni pensaba que iba a ser boxeador»

El expúgil fue reconocido con el premio en la gala del Círculo de Periodistas Deportivos. "Tenía una gran mentalidad pero nunca me la creí".

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El exboxeador Santos Benigno Laciar, más conocido como «Falucho», recibió este martes el Olimpia de Brillante en la ceremonia anual de los Premios Olimpia que organiza el Círculo de Periodistas Deportivos. 

En el evento se reconoció a deportistas célebres de 46 disciplinas, entre los que se destacó al cordobés nacido en Huinca Renancó, quien dialogó con Cadena 3 y admitió estar «muy contento» por el reconocimiento.

«Yo ni pensaba que iba a llegar a ser boxeador, después entré a un gimnasio a hacer pesas y eso con el tiempo me dio todo; a los 13 años ya estaba peleando», relató Falucho, quien tiempo después fue campeón mundial en las categorías mosca y supermosca.

Recordó cuando con tan solo 21 años se quedó con el título mundial mosca por primera vez, cuando en 1981 en Soweto, un barrio ubicado al oeste de la ciudad de Johannesburgo (Sudáfrica), en un área construida durante el Apartheid para reagrupar a la población negra fuera de la zona de los blancos, noqueó a Peter Mathebula y se quedó con el cinturón.

«Yo pensaba solo en pelear y ganar. No querían que me contaran lo que pasaba ahí, que había 80 o 90 muertes por fin de semana y estábamos peleando un sábado a las 5 de la tarde, pero yo era consciente de lo que pasaba en ese momento y no tenía miedo, para nada», expresó Laciar, quien recibió el Olimpia de Oro en 1982, 1983 y 1984.

Además, habló de la importancia de tener una mentalidad fuerte, lo que destacó como una de sus máximas virtudes en su etapa como boxeador. 

«Más de una vez no quise pelear con algunos chicos porque yo sabía que era superior. No quería dañarlos por la amistad pero no estaba bien pasar por arriba de lo que su técnico les decía. Después pasaba y terminaban perdiendo y llorando al lado mío porque su técnico o su papá le habían dicho que me podían ganar», dijo.

Y concluyó: «Y ahí está el hecho de la mentalidad. Yo trataba de cuidar a estos muchachos, porque el ring es una cosa y después te bajás y es otra, pero nunca me la creí».

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