La preocupación tiene que ver centralmente con la posibilidad de que este cierre impacte fuerte en otros eslabones petroquímicos.
El lunes se dejará de producir en Río Tercero el diisocianato de tolueno y Petroquímica Río Tercero despedirá a 125 empleados, un tercio de la planta de personal de 375. La sobreproducción en las plantas de Asia dejó a la empresa cordobesa en jaque.
«Es un impacto negativo muy grande desde lo económico y lo social, que va a afectar a casi 200 empleados entre directos e indirecto, con salarios importantes que se gastaban en Río Tercero y transformaba a cada uno de esos empleados en actores de la economía local que a su vez generaban empleo en sus hogares», dijo Marcos Ferrer.
El Intendente radical admitió que, “el ánimo de los vecinos de Río Tercero está golpeado”, y dijo que, «aunque lo importante en este momento de recesión es lo humano, la recaudación del municipio sentirá el cimbronazo”.
«Petroquímica Río Tercero y Atanor son empresas muy importantes para la ciudad, al cerrarse la planta más importante de producción, la facturación se va a caer y detrás de eso se va a caer la contribución a las tasas locales», sostuvo.
La planta que cerrará formalmente en un par de horas es la única en América Latina. El TDI es un insumo utilizado en las industrias del colchón y en la automotriz. La planta de Río Tercero comenzó a funcionar en 1981, y actualmente está detenida por exceso de stock, sin capacidad de competir con las importaciones asiáticas.
«Hay una preocupación genuina porque esto puede ser un efecto en cadena, el principal cliente de Fabricaciones Militares es Petroquímica de Río Tercero, que le provee ácido nítrico, y puede haber un correlato en Fabricaciones Militares; tememos un efecto dominó en la cadena de la industria de la ciudad», dijo Ferrer.