La noticia más resonante de la últimas horas en la provincia da cuenta de una médica del Hospital Regional Río Grande que fue demorada por la policía, presuntamente por negarse firmar un certificado de defunción por un cadáver masculino de 55 años. El occiso había sido hallado ayer por la tarde sin signos vitales en una vivienda de calle Alberdi, sin embargo su deceso dataría de varias jornadas atrás.
«Desde cuando los médicos somos delincuentes o tratados literalmente como delincuentes por ejercer y conocer nuestro ejercicio profesional. Y respetarlo», expresó con marcado enojo la doctora Sandra Castro en representación del Siprosa, dando voz pública al polémico asunto.

En diálogo esta mañana con «El Cronista Urbano» por Radio Provincia la doctora se explayó extensamente en defensa del accionar de la Dra. Valdivia. Explicó cómo todo fue desvirtuado desde el desconocimiento dado que el procedimiento médico -según su testimonio- fue atinado y el correcto, ajustándose al protocolo establecido para esta clase de situaciones.
«Me comuniqué personalmente con la doctora, a quien conozco hace años. Yo soy médica de emergencia y trabajo en la Dirección General de Emergencia de la provincia en la zona sur y la doctora ejerce en la zona norte. Esta situación de constatación de óbito es sumamente habitual para nosotros. Estamos acostumbrados a ser llamados en contingencias por emergencias en que en realidad el paciente ya estaba en óbito, una cosa muy distinta es llegar y que el paciente esté en paro cardíaco y que nosotros hagamos todos los protocolos y tratemos de salvarlo y demás», dijo Castro.
Por la citada audición, la profesional prosiguió con la explicación y muy molesta por cómo se manejó todo el procedimiento: «La doctora encontró el cadáver de una persona que ya estaba fallecida, no se sabe cuánto tiempo. Porque uno tiene las características del cadáver y se da cuenta si es de horas o de días, incluso a veces de meses. A veces por X razones no se lo encontró: el cadáver vive solo, la persona sin documento, recién llega al país, no sabemos. Hay miles de contingencias», precisó Castro.
Y continuó: «La doctora se encontró con este cadáver en evidente evolución, no es que era de horas o de ayer o anteayer. Una persona aproximadamente 50 y pico de años, sin mayor antecedente porque nosotros después vamos a buscar a la historia clínica que la tenemos digitalizada, y de verdad es que no tenía muchas consultas a las instituciones de salud de Río Grande».
«Lo que se hace es un certificado en un RP común del hospital con miembros del hospital, entonces se constata que a tal hora, de tal día, si tenemos los datos y la historia del paciente se le pone nombre, apellido, documento, la fecha y la hora. Esta tarea de poner constatación de óbito el agente de policía, o sea cual sea el rango, nombre y apellido y documento de la persona que se va a hacer cargo del cuerpo», añadió.
«Nosotros fuimos en un determinado momento con la ambulancia y todos los técnicos que nos acompañan y constatamos que esa persona ha fallecido. Con ese certificado la persona que está a cargo de la policía en ese momento se tiene que contactar con la parte judicial y tiene que venir todos los técnicos de la policía científica y evaluar el caso, como si fuera un homicidio. Tiene que fijarse qué posición tiene el cadáver, si el cadáver tiene alguna señal o alguna estegma de que fue golpeado. Después de ese análisis se lo da vuelta de un lado, de otro, el examen clínico que tiene que hacer el técnico, emite un certificado», explicó Castro.
Para luego aclarar que «es con ese certificado de policía científica que nosotros estamos autorizados a hacer la otra parte, lo que se llama certificado de defunción,en realidad es una estadística con el mismo peso legal que el certificado de nacimiento, donde va a constatar por ejemplo en el caso de los niños se constata la hora que nació, si nació vivo o muerto».
«Lo que pasa que muchas veces el cadáver queda en el lugar del hecho que puede ser un domicilio particular donde están todos los deudos, obviamente hay que ponerse en ese lugar y esos deudos, por supuesto, que no entienden por qué tienen que sufrir esa situación, amén de tener que metabolizar íntimamente la emocionalidad de lo que está pasando, de un inicio de duelo».
Castro muy consternada por el trato que se le dio a la Doctora interviniente contó: «Yo tengo 35 años de médica, 23 años en la isla, lo que está pasando hoy es que las autoridades están ciegas, sordas y mudas, desde los jefes de servicio para arriba».
«Nosotros literalmente salimos a la calle como Rambo, como podemos y atrás no tenemos espalda. Lo único nos cuida hasta el día de hoy somos nosotros, codo con codo, espalda con espalda. Yo quiero defender esta situación porque es indignante que somos los mismos que hace un par de años en la pandemia nos aplaudían, y ponían musiquita, y hacían TikToks, bla bla bla. Y ahora nos tratan como criminales por ejercer la profesión como corresponde, porque lo que dijo e hizo la doctora fue lo que corresponde. Me parece una locura», remató Castro.

