El nombre de Jeffrey Epstein, el financista multimillonario encontrado muerto en una cárcel de Nueva York en 2019, es sinónimo del mayor escándalo de abuso sexual que involucra a la élite de Estados Unidos y el mundo. La red de tráfico de menores que él orquestó vuelve a oscurecer el panorama judicial tras la liberación masiva de documentos y testimonios que revelan la magnitud de sus operaciones.
El primer gran quiebre ocurrió en 2007, cuando el financista fue detenido y acusado de cometer delitos sexuales en Florida. Sin embargo, un año después, en 2008, logró un polémico acuerdo secreto de no persecución con el entonces fiscal Alexander Acosta.
Este pacto le garantizó una condena ridículamente leve y, de forma efectiva, blindó a sus cómplices al anular futuras acusaciones federales. El acuerdo fue catalogado históricamente como un “perdón a la élite” que garantizaba la impunidad de los poderosos.
La muerte de Epstein en 2019 y las hipótesis al respecto
Epstein fue detenido nuevamente en 2019 por tráfico sexual, tras una nueva investigación periodística que lo expuso. Sin embargo, su muerte en el Centro Correccional Metropolitano (MCC) de Nueva York dos meses después se convirtió en el punto de inflexión más controvertido del caso.
El suicidio por ahorcamiento fue lo que informaron fuentes oficiales, pero el hecho generó una ola de teorías de conspiración y sospechas sobre un posible “silenciamiento”. Una seria de fallas en el sistema de seguridad se tornaron inexplicables:
- Fuera del “Régimen de Suicidio”: Epstein había sido retirado del régimen de vigilancia de suicidio días antes de su muerte.
- Guardias Dormidos: los dos guardias de turno en su pabellón no lo vigilaron durante horas, a pesar de que su trabajo exigía chequeos cada 30 minutos. Se confirmó que ambos se habían quedado dormidos.
- Fallas Técnicas: luego de los chequeos correspondientes, los informes indicaron que las cámaras de seguridad del pasillo donde se encontraba su celda no funcionaban correctamente.
La suma de estas irregularidades alimentó la tesis de que el empresario, con su vasta red de contactos, fue silenciado para proteger a las figuras políticas y empresariales que podrían haber sido expuestas en un juicio oral. La frase “Epstein no se mató” se convirtió en un grito popular que todavía resuena.
Ghislaine Maxwell: el eslabón clave en la red de reclutamiento
El juicio y la posterior condena de Ghislaine Maxwell a 20 años de prisión, por su rol como facilitadora y reclutadora de menores para Epstein, fue la antesala de esta desclasificación. Maxwell era considerada la pieza central que conectaba a Epstein con los círculos sociales y las víctimas.

El juicio demostró que Maxwell reclutaba a las niñas y jóvenes, y participaba activamente en el abuso. Obligaba a las víctimas a guardar silencio y jurar lealtad. Su condena dejó claro que la red de Epstein operaba con una sofisticada estructura de ocultamiento y complicidad.
Las víctimas y la batalla legal contra un sistema de poder
El período entre la condena de Maxwell (2021) y la liberación de los documentos (2024-2025) fue definido por la intensa lucha legal de las víctimas y sus abogados.
La demanda civil presentada por Virginia Giuffre contra Ghislaine Maxwell fue el puntapié inicial. Los abogados de las víctimas lograron forzar a la justicia a romper el sello de confidencialidad que encubría miles de páginas de testimonios y declaraciones judiciales.
La jueza Loretta Preska, de Nueva York, ordenó la publicación, con el argumento de que existe el derecho del público a conocer la verdad, al tratarse de un caso de importancia global.
Hubo resistencia: los abogados de varias personas poderosas intentaron frenar la publicación de la información para proteger la identidad de sus clientes, pero la justicia determinó que el derecho de las víctimas a la transparencia ponderaba sobre el secretismo de la élite involucrada.
Este triunfo judicial es el que permitió que la lista de nombres en clave llegara a los medios de comunicación de todo el mundo. Entre las personas señaladas es mencionaron a al ex presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, el famoso ilusionista, David Copperfield y el Duque de York, Príncipe Andrés.
En abril de este año, la valiente activista y víctima de abuso, Virginia Giuffre, se suicidó en Australia. “Perdió la vida por suicidio, tras ser una víctima de abuso sexual y tráfico de personas durante toda su vida. Virginia fue una luchadora incansable contra el abuso sexual y el tráfico. Era la luz que levantaba a muchos sobrevivientes”, expresaron sus familiares.
“Perdió la vida por suicidio, tras ser una víctima de abuso sexual y tráfico de personas durante toda su vida. Virginia fue una luchadora incansable contra el abuso sexual y el tráfico. Era la luz que levantaba a muchos sobrevivientes”, expresaron sus familiares.
Jeffrey Epstein sobre Trump y su implicación en los abusos sexuales: “sabía de las chicas”
Donald Trump está en el centro de la discusión tras una revelación de último momento por parte de legisladores demócratas, quienes impulsaron la publicación de nuevos correos electrónicos privados, atribuidos a Jeffrey Epstein.
En uno de los correos dirigidos a Ghislaine Maxwell, Epstein afirma que una víctima innominada “pasó horas” con Trump en su casa y que el expresidente “sabía de las chicas”, una acusación que la Casa Blanca y Trump han negado rotundamente.
La divulgación de estos correos, que se suman a la documentación existente que vincula a Trump y Clinton con el financista, reaviva las preguntas sobre la extensión de la protección y el conocimiento que tenían las más altas esferas del poder sobre las operaciones de tráfico sexual de Epstein.
La Casa Blanca busca contener el impacto por los correos de Jeffrey Epstein que salpican a Donald Trump
El Comité de Supervisión del Congreso difundió mensajes del financista que mencionan encuentros con el presidente y sugieren que conocía sus delitos.
Una nueva tanda de correos electrónicos del caso Jeffrey Epstein reavivó las sospechas sobre los vínculos del financista con Donald Trump y desató un nuevo frente de conflicto político en Washington. Los mensajes, divulgados por legisladores demócratas, incluyen referencias directas a encuentros entre el presidente y una de las víctimas del abusador sexual, y plantean que el mandatario “sabía de las chicas”.
Epstein, que se suicidó en prisión en 2019, escribió en uno de esos correos a Maxwell, su expareja: “Quiero que te des cuenta de que ese perro que no ha ladrado es Trump”. Luego agregó que una víctima, no identificada, “pasó horas en mi casa con él, y nunca se lo ha mencionado”. En otro correo, dirigido al periodista Michael Wolff afirmó que Trump “sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine (Maxwell) que parara”.
Los documentos fueron difundidos por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, que investiga la relación entre Epstein, su socia Ghislaine Maxwell, condenada por facilitar sus abusos, y distintos funcionarios federales. Los demócratas aseguran que los mensajes, parte de un lote de 23.000 archivos, muestran un intento de encubrimiento. “Cuanto más intenta Trump ocultar los archivos de Epstein, más descubrimos”, dijo el representante Robert García, principal demócrata del comité.
La Casa Blanca respondió con dureza. La secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, acusó a la oposición de “filtrar selectivamente los correos” para desviar la atención de la crisis política que atraviesa el país por el cierre del gobierno, que ya lleva 43 días. “Estas historias son intentos de mala fe para tapar los logros históricos del presidente”, sostuvo Leavitt, quien insistió en que los mensajes prueban que Trump “no hizo nada malo”.
El presidente también reaccionó desde su red Truth Social: “Los demócratas intentan revivir el engaño de Epstein porque harán lo que sea para desviar la atención de su pésima gestión del cierre del gobierno. No caigan en la trampa”, escribió.
El vínculo entre Trump y Epstein es objeto de controversia desde hace años. Fueron amigos en la década del noventa y compartieron eventos en Palm Beach, hasta que, según la versión del propio Trump, el financista fue expulsado de su club por acosar a empleadas.
Virginia Giuffre, una de las víctimas más visibles del caso, declaró en varias ocasiones que el presidente “nunca estuvo involucrado en ninguna irregularidad” y que había sido “amable” con ella.
El manejo de los archivos del caso es hoy uno de los puntos más sensibles para el gobierno. La decisión del FBI y del Departamento de Justicia de no publicar nueva documentación generó malestar incluso entre los votantes republicanos.
Mientras los demócratas insisten en que la Casa Blanca “oculta información clave”, los republicanos acusan a sus adversarios de manipular el material y omitir menciones a otros funcionarios. “El Departamento de Justicia debe publicar todos los archivos de Epstein y hacerlo ya”, exigió García.

