Andrea Lucía Machado, madre de la menor, recordó con dolor los días previos al fallecimiento de su hija y describió cómo las visitas a la guardia se convirtieron en una secuencia de diagnósticos erróneos. Todo comenzó el 4 de noviembre de 2022 cuando Ana presentó fiebre alta, pérdida de apetito y tos. «La pediatra nos dijo que era solo un resfrío, que le diéramos ibuprofeno y nada más», relató la madre. Al día siguiente, el estado de Ana empeoró, pero nuevamente el personal médico minimizó los síntomas.
Fue el 6 de noviembre, al llegar a una clínica en Río Grande, que la familia recibió el diagnóstico real: Ana presentaba neumonía bilateral, fallo renal, hepático y estaba en estado de shock tóxico producto de una bacteria de Estreptococo. Pese a los esfuerzos de los médicos, la niña falleció esa noche.
«El sistema de salud debe ser seguro, humano y de calidad», reclamó Machado, quien subrayó la necesidad de contar con profesionales capacitados para realizar diagnósticos preventivos y evitar situaciones de negligencia. También exhortó a otras familias a seguir su intuición y exigir pruebas concretas cuando perciban algo fuera de lo común en la salud de sus hijos.
La marcha comenzó en la plaza central cívica de Tolhuin y avanzó hacia el Centro Modular y la Casa de Justicia. Los padres de Ana agradecieron a quienes los acompañan en su pedido de justicia, así como el apoyo de familiares, amigos y vecinos. «Su compañía siempre suma», expresaron.