El día jueves 12 de septiembre pasado, las senadoras Silvia Estela Sapag y María Eugenia Duré plantearon una cuestión de privilegio en el recinto, cuando se estaba dando inicio a la Tercera Sesión Ordinaria de la Cámara Alta. Ambas senadoras denunciaron al senador Francisco Paoltroni, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, por las fuertes presiones a las que fueron sometidas para que aceptarán firmar un dictamen de comisión a favor del proyecto de Ley de Ingreso de Tropas Extranjeras y Egreso de Tropas Nacionales de la República Argentina.
Resulta que el 20 de agosto, en la reunión plenaria de las comisiones, de Relaciones Exteriores y la de Defensa, del Senado de la Nación, se debatió la autorización de 15 ejercicios militares que involucraban a tropas argentinas y extranjeras, en el marco del “proyecto de ley en revisión que autoriza la entrada de tropas extranjeras al territorio nacional y salida fuera de él de fuerzas nacionales, según corresponda, para participar en los ejercicios contemplados en el programa de ejercitaciones combinadas, a realizarse el 1º de septiembre de 2024 hasta el 31 de agosto de 2025”, tal como lo decía el orden del día enviado a los senadores.
También concurrieron como invitados y participaron de la reunión Juan Battaleme, secretario de Asuntos Internacionales para la Defensa del Ministerio de Defensa; Jorge Vives, asesor de la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares del Ministerio de Defensa y Daniel Árbol, asesor de la Secretaría de Asuntos Internacionales para la Defensa del Ministerio de Defensa.
En esa reunión, tanto Sapag como Duré interpelaron en varias oportunidades a los funcionarios del Ministerio de Defensa que concurrieron a dar explicaciones. Ambas plantearon objeciones respecto a dos de los ejercicios mencionados: el “Guinex” y el “Vinciguerra”.
El primero, “Guinex”, es un adiestramiento militar liderado por Brasil que se desarrollará en el Golfo de Guinea Ecuatorial; el segundo, “Vinciguerra”, es un ejercicio militar de nuestra Armada con la marina de EE.UU. y que está previsto se realice en Tierra del Fuego.
Y conforme lo expresó la senadora Duré, se trata de un ejercicio bilateral en el que participarán 2000 marines yanquis a los cuales se pretende permitir el ingreso a Ushuaia, siendo «la primera vez que quieren realizar este ejercicio», expresó la senadora al programa radial Palo y Zanahoria, que se emite por El Destape 1070.
Sin obtener mayores precisiones de parte de los funcionarios de Defensa sobre los ejercicios militares, pero en particular sobre el “Vinciguerra” que involucra a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, las dos senadoras se negaron a aprobar dichos ejercicios militares y manifestaron que realizarían un dictamen de minoría donde votarían en contra de la realización del “Guinex” y del “Vinciguerra”.
Llamadas, mensajes y reuniones intimidatorias
Esto encendió las alarmas en el oficialismo, ya que el número de senadores no les alcanzó para hacer un dictamen de mayoría. Por ese motivo, a ordenes de Paoltroni, habrían presionado dura e insistentemente a Sapag y Duré para que desistieran de hacer su dictamen intentando forzarlas a firmar el dictamen de mayoría pero en disidencia.
«Recibimos llamadas intimidatorias», acusó Duré en diálogo con El Destape 1070. Por su parte, la senadora Sapag acusó de «cobarde» a Paoltroni y dijo que «empezó a mandar a sus asistentes a presionarnos a Duré y a mí para que cambiáramos nuestra posición y firmáramos el dictamen en disidencia», denunciando que «37 veces llegaron a nosotras» al referirse a llamadas telefónicas, «visitas» de asesores y asistentes a sus despachos, por negarse a firmar el dictamen del plenario de las comisiones de Relaciones Exteriores y Defensa.
Duré se quejó por la falta de precisiones ante las consultas que hizo: «No respondieron preguntas. Lo único que dijeron es que lo van a responder por privado cuando es una cuestión pública y tenemos que saber lo que van a hacer, cuánto cuesta», señaló. Y cerró: «Como senadora no voy a aceptar ni votar nada que vaya en contra de nuestra soberanía».
Como consecuencia de esta negativa de acompañar los ejercicios militares, apuntó: «Empezó un derrotero de envío de asesores, mensajes y llamadas intimidatorios a nosotras y a nuestros asesores«. Y ahondó: «Llamadas y mensajes para que firmemos».
Sobre este mismo tema, Agenda Malvinas publicó el 15 de junio pasado que por esos días el CEMEP -el Centro Médico de Especialidades Pediátricas de la ciudad de Río Grande-, había recibió la visita de miembros del cuerpo de Marines de los EE.UU y del BIM 5. Además, en aquella oportunidad, concretaron “un convenio de cooperación para el entrenamiento de tropas que se intensificará en la zona en los próximos meses, a los efectos de contar con un protocolo sanitario frente a eventuales contingencias médicas en los ejercicios militares que realicen las mismas”.
Fuentes: El Destape